Hormigón en encofrados

La técnica del encofrado con hormigón de cáñamo consiste en verter una mezcla fresca de cañamiza, cal y agua dentro de encofrados modulares, ya sean manuales, recuperables o deslizantes, formando muros continuos sobre una estructura auxiliar (habitualmente de madera o acero ligero). Este sistema permite moldear el cerramiento con total libertad geométrica, logrando una envolvente monolítica, transpirable y sin puentes térmicos.

El espesor del muro es adaptable, y se puede controlar por fases de vertido, respetando los tiempos de fraguado y compactación recomendados. El resultado es un sistema continuo de aislamiento estructurado in situ, ideal tanto en obra nueva como en rehabilitación.

Ventajas de la construcción con encofrados:

  • Construcción continua sin juntas, eliminando puentes térmicos y acústicos.

  • Libertad de forma y espesor, adaptándose a soluciones arquitectónicas complejas o a criterios bioclimáticos.

  • Alta inercia térmica, con capacidad de regulación pasiva de la temperatura durante ciclos día-noche (hasta 20 h de desfase térmico).

  • Compatibilidad con estructuras de madera, acero o entramado ligero.

  • Alta transpirabilidad y control higrotérmico, evitando condensaciones intersticiales.

  • Excelente aislamiento acústico, gracias a la densidad del sistema (reducción de ruido de hasta 44 dB).

  • Posibilidad de crear muros de gran espesor en una sola operación.

  • Mayor potencial de personalización estética, dejando vistas las marcas del encofrado si se desea.

Productos recomendados para esta aplicación:

Proyectos realizados con hormigón de cáñamo encofrando:

Preguntas frecuentes técnicas sobre construir con hormigón de cáñamo encofrando:

  • Se pueden utilizar encofrados manuales reutilizables, sistemas modulares comerciales (tipo NOE, PERI, etc.) o encofrados artesanales de madera. En proyectos de pequeña escala o autoconstrucción, el sistema puede realizarse con tableros fenólicos, OSB o bastidores metálicos con refuerzo.

  • El espesor varía según el clima y la estrategia energética. Para cerramientos exteriores, se recomiendan muros de entre 25 y 35 cm. En aplicaciones interiores o trasdosados, es posible trabajar con espesores desde 10 cm.

  • El rendimiento medio es de 300 a 350 kg de mezcla seca por m³, dependiendo del tipo de cañamiza y la compactación. Las proporciones estándar son aproximadamente 1 parte de cal : 3 partes de cañamiza, con ajuste según la humedad ambiental y el tipo de ligante (cal aérea, NHL o Prompt).

  • No se recomienda vibrar el hormigón de cáñamo como se haría con hormigón tradicional. En su lugar, se debe realizar una ligera compactación manual durante el vertido, con paleta o pisón, para asegurar la densidad sin alterar la porosidad del sistema.

  • En condiciones normales, el desencofrado puede realizarse entre 24 y 48 horas después del vertido, según temperatura y humedad. El material continúa su carbonatación y secado progresivamente en los días posteriores.

  • Lo más habitual es usar cal aérea (CL90) o cal hidráulica natural (NHL 3,5). Para obras con temperaturas bajas o en situaciones de urgencia, se puede utilizar una mezcla con Prompt natural al 50% para acelerar el fraguado, siempre respetando las condiciones de aplicación (temperaturas entre 5 °C y 25 °C).

    • Mayor flexibilidad de diseño y adaptabilidad a geometrías complejas.

    • Mayor estanqueidad térmica y acústica, al no haber juntas entre elementos.

    • Posibilidad de crear muros de gran espesor en una sola operación.

    • Mayor potencial de personalización estética, dejando vistas las marcas del encofrado si se desea.

  • Se recomienda aplicar revocos de cal, acabados de tierra cruda, o dejar el muro visto, manteniendo la textura del encofrado como parte del diseño. El acabado debe respetar la transpirabilidad del sistema.

  • Sí, aunque el hormigón de cáñamo no está pensado originalmente para quedar expuesto, con la técnica adecuada es posible aplicar un acabado “al natural”, dejando el paramento visto con la textura característica de la mezcla. Esta solución es viable siempre que se consolide correctamente la capa exterior del muro para evitar la erosión.

    El procedimiento habitual consiste en:

    • Apelmazar de forma más contundente la cara exterior del vertido durante la compactación manual.

    • Alternativamente, aplicar una capa superficial adicional, elaborada con cañamiza más fina y mayor proporción de cal, para lograr una superficie más densa y resistente.

    • Es fundamental proteger las zonas más expuestas (salpicaduras de lluvia, rodapiés, aleros) o bien combinarlo con elementos de diseño que reduzcan la exposición directa.

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